entrada para que un lector solucione mis dudas sobre la cuestión posmoderna en la literatura española

He leído un par de ensayos últimamente que me han avivado una cuestión antigua. Uno de un teórico americano sobre literatura posmoderna y otro de un teórico español que escribe desde Estados Unidos sobre literatura posmoderna española. Ambos tratan de categorizar (el primero desde el siglo XXI y el segundo escrito en los años 80 del pasado siglo) la literatura posmoderna para analizar algunas de sus obras e hitos importantes. Pero me veo, siempre que leo alrededor de esta cuestión, con un problema de categorización que no pretendo resolver sino presentar de manera amable teniendo en cuenta las singularidades del espacio literario español del que soy conocedor a medias.

¿Cuántas posmodernidades hay?

Hay dos conceptos que se suelen confundir a menudo, pero no deberían porque no es tan complejo el asunto. Uno es Posmodernismo y el otro Posmodernidad. Y, en principio, parece haber consenso en el hecho de que estos dos términos se refieren a cosas distintas. «Posmodernismo» en el campo literario haría alusión a aquello que vino después del modernismo, y «Posmodernidad», en muchos campos del saber, haría alusión a una época o a un sentimiento de época, la posmoderna. El asunto es que temporalmente estos términos son también cercanos y comparten a nivel ideológico una serie de claves que los confunde. Para algunos, el posmodernismo en literatura es aquello que viene (en el mundo anglo) después de Joyce (esa generación modernista que también tiene a Woolf, Pound, Eliot o Faulkner incluso). La posmodernidad sería esa época confusa de pequeños relatos y teoría posestructuralista que tendría su apogeo teórico en los 70, pero en la que mucha gente dice que llevamos inscritos desde diferentes épocas o momentos que marcan esa época (mayo del 68, la caída del Bloque Comunista, el 11-s o yo que sé las Olimpiadas de Barcelona 92, aquí cada uno en función de sus intereses dice una cosa). Todo esto tiene en común el Post y la segunda mitad del siglo XX (Increíble mitad, no menos terrible que la primera).

El problema del Modernismo en España versus mundo anglosajón

Yo aceptaría sin problemas esta distinción, que en español es fácil de hacer, entre posmodernismo y posmodernidad, si no hubiese un problema (que probablemente tenga que ver con mi fijación por la teoría anglo y mi poco conocimiento de la teoría española, no lo sé, que me corrija el que lo sepa) porque modernismo en inglés y modernismo en español son dos cosas que no tienen nada que ver. O, por lo menos, yo nunca las he visto relacionadas. Hay algún libro que trata de decir que Rubén Darío influyó a Eliot, pero no sé, me suena un poco tirar del hilo too much. La cuestión es que esto no supondría un problema si no me hubiese topado en una librería de viejo con un librillo llamado: Teoría y práctica de la novela posmoderna española, de Gonzalo Navajas. En este librillo se utiliza el concepto de «modernismo» anglosajón y se realizan una serie de cabriolas teóricas que me sorprenden y que son la causa de que esté escribiendo esto, en parte para aclararme la cabeza, en parte para recomendar lecturas en torno a este tema a quien le interese y poder hacer de esta conversación algo púbico porque me gusta estar perdido, pero en compañía.

La cuestión es que en este libro se parte de la idea de posmodernismo americana (Gonzalo Navajas es profesor de literatura en Irvine) y analiza la obra de los hermanos Goytisolo y de Carmen Martín Gaite a través de este prisma, tildándola toda ella de posmoderna y partiendo de análisis de Lacan o Foucault. Todo muy extraño, es la primera vez que veo esta categorización sobre obra española que ni a nivel temático ni formal me pareció nunca excesivamente posmoderna. Teniendo en cuenta que, en América, literatura posmoderna se dice de William Gaddis, John Barth, Donald Barthelme o Thomas Pynchon (en esos años), las obras analizadas por Gonzalo Navajas parecen responder simplemente al hecho de que coinciden en tiempo con estas otras y a muchas ganas de mezclar churras con merinas, utilizando como argumentos de una supuesta moral posmoderna de dichas obras lo que dicen en diálogos ciertos personajes de las mismas totalmente fuera de contexto. Entre estas decisiones extrañas que no me explico muy bien está el análisis de La cólera de Aquiles (tercera parte de la tetralogía Antagonía de Luis Goytisolo que sí podría ser leída en su totalidad como una gran novela posmoderna en esos términos) totalmente aislada de su contexto de producción como resultado de una obra más amplia como es Antagonía. Todo este batiburrillo, que parece responder más a unas ganas de ser el primero en mezclar a Foucault con Martín Gaite en España que a un análisis sobre la novela posmoderna española, me entristece. Se nombra de pasada La saga/fuga de J.B., una obra mucho más en consonancia con John Barth, por ejemplo, y a través de la cual se podría establecer un buen nexo entre lo que se estaba haciendo en América Latina en aquellos años (el boom y esas cosas) y lo que sucedía en USA. O la toma en consideración de Tiempo de Silencio, como novela posmoderna, teniendo en cuenta la enorme influencia joyciana de Luis Martín Santos y la fecha de publicación y la idea de que o bien si es posmoderna en el sentido americano estaríamos hablando de una persona que, de forma paralela, hace lo mismo que los posmodernos americanos, que por entonces poco habían llegado a España, o que es posmoderna en el sentido de «después del modernismo español» (con lo cual Gonzalo Navajas estaría mezclando las cosas a niveles cósmicos).

Además, el problema no es que estos autores no puedan ser clasificados en esos términos, es que creo que no es honesto a nivel intelectual no problematizar primero esta cuestión que a mí me parece importante antes de analizar esas obras. Y hacerlo con un poco de cabeza, por dios.

Aquí siempre hemos sido muy de ir a la zaga de los chicos guais del mundo cultural, y los chicos guais de la segunda mitad del siglo XX son los americanos y no me parece mal del todo. Pero el problema con esta cuestión es que el libro de Jeremy Green Late Postmodernism, que es de 2005, tampoco lo tiene claro y decide pasar de la cuestión para ponerse a hablar de las diferentes generaciones de literatura posmoderna (los mayores como Gaddis, Barth o Pynchon) y los jóvenes (Foster Wallace y Franzen sobre todo). Parece que no soy yo el problema que no me aclaro leyendo de aquí y de allá, sino que hace falta un esfuerzo importante por unificar y concretar. ¿O tal vez lo posmoderno será utilizar las categorías sin ser capaces de agarrarlas del todo, sin poder definirlas como si escapasen a su propia definición?

Me dice ChatGPT que hay un libro, The Oxford Handbook of Global Modernisms, en el que un hombre llamado Gerard Aching escribe sobre la diferencia de conceptos de modernismos centrado en la relación entre Australia y América Latina. El asunto es que el libro cuesta 50 pavos y no hay un pdf por ahí a mano para leerlo, así que me tendré que contentar con la duda o con que algún amable doctorando me ayude o me dé lecturas para seguir sumergido en esta cuestión que, aunque menor, (dirán algunos) me parece interesante. ChatGPT dice (si es que se lo ha leído porque no me fío una mierda del aparato este):

«Aunque está más centrado en las relaciones entre Australia y América Latina, este ensayo explora las divergencias y similitudes entre el modernismo hispánico y el modernism anglosajón. Aching explica cómo ambos movimientos, aunque aparentemente similares por el uso del término «modernismo», tienen raíces filosóficas y estéticas diferentes. En la literatura hispánica, se destaca el afán de renovación y el retorno al esteticismo y la belleza formal; en la anglosajona, el enfoque es más bien hacia la fragmentación, el aislamiento y la ruptura con las formas narrativas tradicionales.»

Lo cual, no fiándome del análisis de una máquina, me parece bastante correcto.